¿Podemos mejorar el proceso de selección del fiscal general?
Hace días, vivimos momentos cardíacos mientras los miembros de la comisión de postulación componían la terna de seis candidatos al cargo de fiscal general. Los agresivos ataques que llovieron sobre los electores nos confirmaron que este proceso es eminentemente político y divisivo. Los anteriores procesos también generaron tensiones elevadas. En el 2010, recién aprobada la Ley de Comisiones de Postulación (LCP, decreto 19-2009), se repitió todo el proceso. El primer designado, Conrado Reyes, fue separado del cargo por la Corte de Constitucionalidad porque Carlos Castresana (CICIG) lo acusó de tener vínculos con el crimen organizado. Muchos tropiezos después, el presidente Colom escogió a Claudia Paz y Paz de una segunda terna. En el 2014, se cuestionó el plazo legal del cargo. Agrupaciones de izquierda reclamaron la exclusión de Paz y Paz de la terna, y tacharon a Thelma Aldana de ser la candidata oficial y de derecha. En el 2018, los comisionados demoraron cuatro meses en escudriñar 30 expedientes y no faltaron las acusaciones de irregularidades.