La novelista inglesa George Eliot afirmó que “nunca es demasiado tarde para ser lo que pudieras haber sido”. Cada año nuevo representa una oportunidad para mejorar y crecer. Es oportuno reflexionar sobre potenciales cambios, tanto en nosotros mismos como en la sociedad. Listo aquí diez áreas en las que podríamos trabajar durante el 2022.
- Dar gracias. Siempre podemos ser más agradecidos con Dios y con las personas que nos rodean. La gratitud es una virtud maravillosa, porque deliberadamente elegimos celebrar la realidad, venga como venga. La gratitud destierra el odio y el resentimiento. Podemos dar gracias por cosas pequeñas y grandes, como la respiración, la brisa, el sol amarillo, el amor, la salud y, por qué no, las pruebas y el sufrimiento.
- Confinar el miedo. El Gran Encierro decretado para combatir el Covid-19 fue posible parcialmente porque tuvimos pavor de contagiar y ser contagiados, de socializar y de la muerte. Despojémonos de esos tóxicos temores y ansiedades, y vivamos la vida de forma plena, a pesar de los naturales riesgos.
- La familia es vital. El núcleo familiar determina nuestra esencia. Allí aprendemos a ser personas responsables, libres y virtuosas. El proyecto más importante para los esposos es labrar un ambiente familiar basado en el amor, la alegría y el respeto mutuo. Los ciudadanos contribuyen positivamente al crecimiento económico de su país cuando provienen de hogares sanos y luchadores. Debemos de oponernos a las corrientes políticas e ideológicas que pretenden destruir esta ancestral institución.
- Libertad, libertad, libertad. Los humanos podemos dejar que, poco a poco, otros amenacen o carcoman nuestros espacios de libertad, en aras de una mayor seguridad, un subsidio, una protección, u otro. Mi deseo es que los guatemaltecos nunca perdamos la libertad antes de reconocer su inmenso valor. Que nuestra cultura, nuestro arte, nuestra música, nuestros líderes y nuestra literatura exalten este don absolutamente esencial para el florecimiento humano en dignidad.
- Revalorar la verdad. La verdad objetiva existe. Superemos las tendencias al relativismo, el cinismo, la irracionalidad, la intolerancia y la “post-verdad”, hasta reencontrarnos en un diálogo constructivo y realista. La tolerancia mutua es posible si separamos a la persona, infinitamente valiosa, de sus planteamientos y actos. Podemos, juntos, aplicar la inteligencia a una conversación sincera, en búsqueda de la verdad.
- No es un juego de suma cero. La lucha de clases, el conflicto de intereses y la expoliación no son condiciones necesarias en las interacciones entre nosotros. La mayor parte del tiempo entablamos relaciones de gana-gana. Es hora de abandonar esas engañosas mentalidades violentas que han sembrado desesperanza, odio y pobreza.
- Reconocer a los héroes reales. Admiremos a quienes emplean sus talentos para emprender y crear riqueza. No son los mega-famosos, los demagogos, ni los políticos. Señalemos a nuestros hijos esos modelos productivos y decentes.
- Recuperar un sentido de belleza. Esforcémonos, este año, por recuperar el sentido del asombro y dejémonos cautivar por lo bello.
- Respetar. Sustituyamos el sarcasmo, la burla y el insulto que dominan el submundo de Twitter, por ejemplo, con la buena educación y la cordialidad.
- Limitar los abusos del poder. Finalmente, espero que en el año venidero los latinoamericanos, incluyendo a los nicaragüenses, peruanos y chilenos que fueron encantados por las sirenas socialistas, recordemos la advertencia de Lord Acton sobre el efecto corruptor del poder absoluto. Aprendamos a poner límites efectivos a la clase política con tendencias fascistas y totalitarias.
* Publicado en Prensa Libre el 27 de diciembre del 2021. https://www.prensalibre.com/opinion/columnasdiarias/diez-deseos-para-el-ano-nuevo/

Carroll Ríos de Rodríguez
consejo directivo
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