Salario mínimo: ¿solución o problema?

Ramón Parellada C. / Empresario, catedrático universitario y director del Centro de Estudio Económico-Sociales (CEES). / rpc@cees.org.gt

Publicado: Prensa Libre/ Guatemala 11 de diciembre del 2025

¿Subir salarios por decreto o por productividad? Ramón Parellada explica cómo las discusiones anuales sobre el salario mínimo ignoran una verdad elemental: los salarios reales solo aumentan cuando hay más inversión, más capital y más productividad.

El gobierno está por definir el salario mínimo legal (mediante un acuerdo gubernativo) para el próximo año. Es interesante observar que, a estas alturas y con todo el conocimiento económico vigente, persiste la ignorancia sobre cómo incrementar los salarios reales. Este proceso se lleva a cabo mediante una “Mesa de Diálogo” en la que participan representantes del gobierno, empleadores y trabajadores. Sin embargo, el resultado es muy distinto a la realidad. Por eso es importante observar que, a pesar de todo el conocimiento económico vigente y experiencia acumulada, persiste la ignorancia sobre cómo incrementar los salarios reales.

En las reuniones de la “Mesa de Diálogo” se discuten diversas propuestas supuestamente basadas en el costo de la vida, la inflación, la productividad y otros factores económicos. Los representantes de los trabajadores siempre llegan con propuestas elevadas. ¿Quién no quiere mayores ingresos? Es lógico. Por otro lado, los empleadores presentan propuestas más moderadas, ya que el aumento salarial incrementa significativamente el costo de los productos que fabrican, que deben ser trasladados a los consumidores. Finalmente, el gobierno toma una decisión que responde a presiones, ideologías y populismo.

Por eso es importante comprender que la única forma real de incrementar los salarios es a través de más inversiones de capital per cápita. Esto se logra estableciendo empresas y fábricas con más máquinas y herramientas que aumenten la productividad. Cada vez que una empresa amplía una línea de producción o llega una nueva al país, se incrementan los salarios. Las contrataciones de mano de obra generan más oportunidades laborales y reducen el desempleo. Además, las máquinas modernas permiten pagar salarios más altos, ya que el costo de la mano de obra en el producto final disminuye, debido a la mayor productividad. Esto hace que los productos sean más competitivos en el mercado y se puedan vender a mejores precios, beneficiando a todos los consumidores.  Esta es la única forma de incrementar los salarios reales y mejorar el nivel de vida de los trabajadores.

El salario real no depende de las decisiones del Ejecutivo, sino de la cantidad de capital invertido en el país. Más fábricas y empresas que introduzcan maquinaria productiva harán que los salarios reales aumenten, al contratar trabajadores más productivos. Esto reducirá el desempleo y, para retener a sus empleados, las demás empresas tendrán que elevar sus salarios. Si el gobierno establece un salario mínimo legal por encima del del mercado, esto causará desempleo; si es inferior, no tendrá efecto. Los trabajadores más vulnerables, como los jóvenes sin experiencia o los mayores de edad con menor productividad, son los que más sufren. Algunas empresas no podrán cumplir con los nuevos salarios mínimos, lo que llevará a su cierre y perderán empleos, aumentando el número de desempleados.  La economía informal crecerá, justo lo contrario de lo que se desea.

Cabe mencionar que cada vez que se incrementa un salario, las prestaciones laborales se disparan. El pasivo laboral de las empresas aumenta, obligándolas a hacer ajustes contables que incrementan los costos desproporcionadamente. En resumen, el salario mínimo legal no debería existir, y su fijación arbitraria por parte del gobierno es perjudicial, en especial para los trabajadores más vulnerables. No bastan solo las buenas intenciones. Si queremos mejorar el nivel de vida en la realidad, el gobierno debería trabajar para hacer más atractivo al país para invertir y establecer empresas más productivas.