¿Por qué son importantes la fe y la libertad?

Carroll Ríos de Rodríguez / Catedrática y directora del CEES / crios@cees.org.gt

Publicado: Prensa Libre/ Guatemala 11 de noviembre del 2025

¿Fe y libertad, un mismo camino? Carroll Ríos de Rodríguez celebra una década de reflexión y diálogo sobre cómo la fe y la razón pueden coexistir y fortalecer una sociedad verdaderamente libre.

El tiempo pasa rápido. El Instituto Fe y Libertad (IFYL) cumplió 10 años. Los primeros pasos fueron timoratos: ¿formamos un modesto club de lectura, o fundamos un centro de investigación? ¿Cuánto interés existe por las ideas? ¿Cómo podemos servir a los pastores, sacerdotes y demás líderes religiosos? ¿Qué mensajes resonarán con los académicos, empresarios y jóvenes? Nos dieron un empujón algunas entidades amigas: el Centro de Estudios Económico-Sociales (CEES) nos permitió reunirnos en su sede, mientras que el Acton Institute y Acton Argentina nos brindaron acceso libre a todas sus publicaciones y demás productos. Nuestros asesores nacionales e internacionales nos orientaron sabiamente; además, ellos y los miembros académicos nos donaron su tiempo.

Descubrimos una verdadera sed por los tópicos que queríamos abordar: existe una necesidad real por comprender cómo se conjuga coherentemente una vida de fe con lo cotidiano. Somos miembros de familias y asociaciones, trabajadores y profesionales que nos servimos mutuamente, consumidores, voluntarios de asociaciones civiles y ciudadanos votantes, y, al mismo tiempo, criaturas hechas a imagen y semejanza de Dios. Nos interesa hacer el mejor uso posible de los dones recibidos de Dios, la libertad y la razón, para forjar nuestro carácter y guiar nuestras acciones al bien. De allí el interés por aprender cómo funciona una sociedad libre, un Estado de derecho y los mercados abiertos y prósperos.

El Instituto Fe y Libertad crea espacios para contemplar estas metapreguntas, a través de sus publicaciones, blog, pódcast, conferencias, seminarios y demás actividades. Pone en pausa el correcorre de cada día, y nos invita a la evaluación, la reflexión y la comprensión de la sociedad en la que vivimos. Crea oportunidades para aproximarnos a la verdad, a través de un diálogo respetuoso y abierto. Disecciona ideas y traduce conceptos complejos para su difusión.

Durante estos 10 años, acumulamos recuerdos gratos. Vienen a la memoria los talleres con sacerdotes en Tecpán y Quetzaltenango; diversos cineforos para analizar el documental Poverty Cure en el área rural, colegios y universidades; un retador curso a periodistas inquietos; pláticas de madrugada con los cadetes de la Politécnica; animadas clases con seminaristas en el Centro Salesiano de Estudios Superiores; conversaciones profundas con profesionales y académicos en el Seminario Civilización y Perspectivas; cátedras fabulosas en memoria del economista Joseph Keckeissen; exposiciones sobre el holocausto en tres campus universitarios; y la grata visita de intelectuales extranjeros, como Samuel Gregg y Gabriel Zanotti. Y más.

Apreciamos más ahora el rol que juntas juegan la libertad y la fe en la creación de una dinámica social, dentro de la cual las personas pueden florecer, explorar las preguntas que dan sentido a su existencia y vivir acorde a sus respuestas. La libertad y la fe contribuyen a un entorno que sustenta la dignidad humana y la diversidad.

A futuro, el instituto deberá redoblar su lucha por resguardar el libre intercambio de bienes, servicios e ideas, y por proteger la libertad de religión, frente a la posibilidad de la represión política y demás amenazas. Deberá compartir con generaciones futuras cómo la libertad es una condición necesaria para la escogencia moral genuina y para la responsabilidad, y cómo la ética provee un marco para el ejercicio responsable de la libertad. La prosperidad que anhelamos para Guatemala se sustenta en principios compartidos, en reglas que fomentan la confianza mutua y atesoran la libertad.